Con la llegada del verano, las altas temperaturas se convierten en una amenaza para los sistemas de riego y almacenamiento de agua. En especial en zonas agrícolas y ganaderas, donde cada litro cuenta, la evaporación en balsas puede suponer una pérdida crítica de eficiencia, rendimiento y sostenibilidad.
En este post, te contamos cómo las cubiertas flotantes se han convertido en una solución eficaz, rentable y respetuosa con el medioambiente para proteger tus balsas frente al calor extremo. Una medida excelente para quienes buscan optimizar el uso de agua y alargar la vida útil de sus instalaciones.
¿Por qué es un problema la evaporación en balsas?
La evaporación es un proceso natural, pero en condiciones de calor extremo, como las que se experimentan durante los meses de verano en el sur de España, puede provocar la pérdida de miles de litros de agua al día en una sola balsa. El sol, el viento y las altas temperaturas aceleran este fenómeno generando varios problemas:
- Pérdida constante de agua útil para riego.
- Aumento de la concentración de sales y minerales.
- Proliferación de algas por exceso de radiación solar y aumento de nutrientes.
- Acortamiento de la vida útil de las láminas impermeabilizantes por exposición a rayos UV.
- Mayor necesidad de mantenimiento, limpieza y tratamiento del agua.
Frente a este panorama, las cubiertas flotantes aportan una respuesta práctica, sencilla y altamente efectiva.
¿Qué son las cubiertas flotantes?
Las cubiertas flotantes son sistemas diseñados para flotar sobre la superficie de las balsas, creando una barrera protectora entre el agua y el entorno exterior. Están fabricadas con geomembranas plásticas de alta resistencia, desarrolladas específicamente para esta aplicación, que se adaptan al tamaño y forma de la balsa.
Estas cubiertas no solo evitan el contacto directo de la radiación solar con el agua, sino que:
- Bloquean la radiación solar directa
- Reducen el impacto del viento sobre el agua
- Evitan la entrada de suciedad, polvo y materia orgánica
- Protegen la infraestructura frente al desgaste térmico
En resumen: actúan como un escudo flotante que mantiene el agua en las mejores condiciones posibles.
Beneficios clave de instalar cubiertas flotantes en balsas
El beneficio más inmediato y visible es la eliminación de la evaporación. Al bloquear el contacto del sol y el viento, las cubiertas flotantes pueden reducir la pérdida de agua en su totalidad. Esto se traduce en un ahorro de miles de litros al mes, dependiendo del clima, la altitud y tamaño de la balsa.
Por ejemplo, una balsa de 5.000 m² puede perder más de 1 millón de litros al mes en verano. Con una cubierta flotante, esa pérdida desaparece prácticamente por completo.
Otro beneficio es la estabilización de las condiciones del agua. Al proteger el agua del sol y del polvo:
- Se evita el crecimiento de algas, lo que reduce problemas en cabezales, filtros y goteros.
- Disminuyen los sedimentos y restos orgánicos, lo que reduce la necesidad de limpieza y tratamiento.
- Se mantiene estable la concentración de sales y minerales, mejorando la calidad final del agua aplicada al cultivo.
Esto se traduce en una mejor eficiencia del riego, menos obstrucciones en filtros y goteros y menor desgaste de equipos.
La exposición directa al sol degrada gradualmente los materiales plásticos y geotextiles usados en las balsas. Las cubiertas flotantes protegen las láminas impermeabilizantes de la radiación solar, los cambios bruscos de temperatura y otros factores que aceleran su deterioro.
El resultado: menos reparaciones, menos sustituciones y una mayor durabilidad en comparación con balsas descubiertas.
Al mantener el agua más limpia y estable, disminuye la necesidad de usar alguicidas, correctores de pH o productos desinfectantes. Además, esto contribuye a cumplir con normativas cada vez más estrictas en cuanto a sostenibilidad y a prolongar el tiempo de operación efectiva.
El ahorro de agua no solo supone un beneficio económico, sino también un compromiso ambiental. En contexto de escasez, instalar cubiertas flotantes representa una forma activa de:
- Reducir tu huella hídrica
- Alargar la disponibilidad de recursos para próximas campañas
- Contribuir a un uso más eficiente de las infraestructuras
- Adaptarse al cambio climático con soluciones resilientes.
Instalar una cubierta flotante es una forma de adaptar tu explotación a los nuevos retos climáticos.
¿En qué tipos de balsas pueden instalarse?
Las cubiertas flotantes son versátiles y pueden adaptarse a diferentes tipos de balsas:
Balsas de riego agrícola
Balsas de almacenamiento para explotaciones ganaderas
Depósitos de reserva o embalses para usos industriales
Plantas de tratamiento de aguas o depósitos auxiliares
Tanto si es una infraestructura nueva como si es una balsa ya existente, un buen diseño técnico permite adaptar la cubierta a aspectos como el tamaño, los anclajes, la accesibilidad y la compatibilidad con sistemas de riego o bombeo.
¿Por qué elegir cubiertas flotantes como solución al calor extremo?
Porque combinan eficiencia técnica, retorno económico, sostenibilidad ambiental y facilidad operativa. Uno de sus grandes beneficios es el bajo mantenimiento: una vez instaladas correctamente, solo requieren inspecciones periódicas sin interferir en el funcionamiento diario de la balsa.
Con una garantía de 10 años y durabilidad esperada superior de 20 años, las convierte en una inversión a largo plazo con un retorno muy favorable. En entornos donde el agua es un recurso valioso y escaso, cada gota cuenta, y una cubierta flotante asegura que esas gotas permanezcan donde más se necesitan: en tu balsa.
Frente al reto que suponen las altas temperaturas y la escasez de recursos, las cubiertas flotantes se posicionan como una solución integral. Reducen la evaporación, mejoran la calidad del agua, alargan la vida útil de las instalaciones y refuerzan el compromiso con una agricultura más sostenible y eficiente.
Si estás buscando maximizar el rendimiento de tus balsas y proteger tu inversión frente al calor extremo, las cubiertas flotantes son una opción que no solo protege, sino que transforma la manera en que gestionas tu recurso más valioso: el agua.

