El sol del verano calienta desde temprano y, en pocas semanas, la superficie de la balsa empieza a cubrirse con un verde intenso. Lo que parece solo un cambio estético es, en realidad, una señal de alerta: las algas están tomando el control. En zonas agrícolas del sureste español, donde el agua es un recurso crítico, su proliferación puede reducir la eficiencia del riego, obstruir sistemas y poner en riesgo la salud de los cultivos.
En este artículo, exploramos las causas de la proliferación de algas, sus efectos en el rendimiento agrícola y las medidas más eficaces para prevenirlas. Un recurso imprescindible para quienes buscan proteger su agua, optimizar el riego y asegurar cosechas de calidad.
¿Qué son esas algas y por qué invaden las balsas en verano?
Las algas, y en particular las cianobacterias (o “algas verdeazuladas”), son microorganismos fotosintéticos que crecen con rapidez cuando el agua está caliente, estancada y cargada de nutrientes, sobretodo nitrógeno y fósforo. Este fenómeno, conocido como eutrofización, se ve potenciado por el uso intensivo de fertilizantes y por la escorrentía que arrastra restos de abono hasta la balsa.
En zonas como en sureste de España, la combinación de temperaturas altas, radiación solar intensa y agua poco renovada crea el escenario perfecto. El resultado son capas superficiales que bloquean la luz, alteran la química del agua y marcan el inicio de un problema que puede crecer en cuestión de días.
Efectos negativos en el agua y los cultivos
Disminución del oxígeno disuelto (OD)
Cuando las algas mueren y se descomponen, los procesos biológicos consumen el oxígeno del agua. Esto puede generar hipoxia (poco oxígeno) o incluso anoxia (sin oxígeno), afectando a las raíces y a los microorganismos beneficiosos del suelo.
Aparición de toxinas peligrosas
Algunas cianobacterias como Microcystis, Anabaena o Cylindrospermopsis producen toxinas como microcistinas, que dañan las raíces y dificultan la absorción de nutrientes, anatoxina-a (neurotóxica) o saxitoxinas, que pueden afectar a la salud humana y animal.
Obstrucción de filtros y tuberías
Las algas filamentosas y en suspensión bloquean filtros y goteros. Esto provoca un riego localizado desigual, pérdidas de presión y aumento del mantenimiento.
Disminución de la eficiencia del riego localizado
Si los goteros se obstruyen, hay raíces que quedan fuera del alcance del agua. Esto produce un desarrollo desigual de los cultivos y puede implicar reducciones de rendimiento de hasta un 10-20%, según casos documentados en explotaciones del Mediterráneo.
Calidad del agua y absorción de nutrientes
El agua contaminada por algas reduce la disponibilidad de nutrientes y dificulta la absorción por parte de la raíz. Además, un agua con bajo oxígeno o con toxinas produce estrés oxidativo en las plantas, comprometiendo su desarrollo general.
Datos científicos que demuestran su impacto
Aunque a simple vista las algas de la balsa parezcan solo un problema estético, los datos cuentan otra historia: afectan directamente al agua, a las raíces, y por tanto a la producción.
Peligro para la salud y calidad de los cultivos
Las microcistinas no solo frenan el crecimiento, también pueden acumularse en las hojas, tallos y frutos. Esto ya se ha comprobado en fresas, zanahorias y lechugas, lo que indica que el problema afecta a diferentes cultivos. Su presencia supone un riesgo para el consumidor y puede dificultar la venta, al reducir la calidad y aceptación del producto.
Toxinas que dañan las plantas
Un estudio con fresas regadas con agua que contenía microcistinas en niveles bajos (10-20 microorganismos por litro) durante dos meses mostró resultados alarmantes: las raíces pesaban casi la mitad menos (-46%) y la longitud de las raíces se redujo un 25%. Esto significa que la planta pierde parte de su capacidad para absorber agua y nutrientes, lo que acaba reflejándose en el rendimiento final.
El oxígeno del agua, clave para raíces sanas
El oxígeno disuelto en el agua es fundamental para que las raíces respiren y absorban nutrientes. En un ensayo con tomates de invernadero, aumentar el oxígeno del agua de riego hasta 20 ppm (gracias a la tecnología de microburbujas) mejoró la cosecha en un 9,7% respecto a plantas regadas con agua a solo 6 ppm de oxígeno.
Riego menos eficiente y más averías
Cuando hay algas, es habitual que los filtros y goteros se obstruyan. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), este problema puede reducir la eficiencia del riego entre un 30% y un 50%. El resultado es un riego desigual: unas plantas reciben agua de sobra, otras se quedan cortas, y la producción se resiente.
Soluciones prácticas para prevenir o controlar las algas
Las cubiertas flotantes IMCUR, bloquean la luz directa, reduciendo la fotosíntesis de algas. Es una solución efectiva, económica y fácil de implementar en cualquier tamaño de balsa.
Regular la dosis y aplicar solo lo necesario para ayudar a evitar aportes excesivos de nitrógeno y fósforo que alimentan las algas.
Evitar estancamientos y permitir renovaciones parciales puede impedir que se den condiciones óptimas para proliferaciones.
Mantener los filtros limpios y utilizar mallas de alta retención minimiza el paso de algas al sistema de riego.
Medir clorofila, oxígeno disuelto, recursos de nutrientes y, si es posible, presencia de toxinas, permite detectar rápidamente un bloom y actuar antes de su colapso.
La instalación de cubiertas flotantes es la solución más práctica y 100% efectiva para prevenir la proliferación de algas en balsas. Al actuar como una barrera física, bloquean la radiación solar, evitando el desarrollo de algas y mejorando la calidad del agua de riego. Además, reducen la evaporación hasta en un 90% y protegen el agua frente a contaminantes externos. Con la experiencia de IMCUR, cada proyecto se adapta a las necesidades de la explotación agrícola o ganadera, garantizando un uso más eficiente del agua y una infraestructura más duradera. Una inversión segura en sostenibilidad y rentabilidad.
El crecimiento de algas en balsas de riego no es solo un asunto estético: es un problema que reduce la productividad en cada etapa: calidad del agua, absorción de nutrientes, salud radicular, eficiencia del sistema y seguridad alimentaria. Prevenir con cubiertas flotantes, manejo de fertilización, limpieza y monitoreo no es un gasto, es una inversión que protege tus cultivos y tu rentabilidad.
En IMCUR podemos ayudarte a implementar soluciones adaptadas a tu explotación para que cada gota cuente y llegue limpia a tus cultivos.